💧Viaje de una gota

📖 Un cuento para edades de 8 a 16 años.

⏳ Tiempo de lectura: 4 minutos.

📝 Un viaje relajante y evocador a través del ciclo del agua lleno de sensaciones y calma.

Había una vez una pequeña gota de agua atrapada en el abrazo eterno de un glaciar. Allí, en el corazón de una montaña, todo era quietud y silencio, roto apenas por el crujido de los hielos al moverse lentamente. La gota dormía, acurrucada entre miles de sus compañeras, bajo un cielo tan claro que parecía una ventana al infinito. Hasta que un día, el sol acarició la cima con dedos cálidos, y la gota despertó de su larga espera. ❄️

Al principio, solo sintió un cosquilleo, una ligera vibración. Luego, como un susurro lejano, el agua comenzó a deslizarse. La gota, ahora líquida y viva, se dejó llevar, resbalando por la superficie helada. Su viaje comenzó en un goteo tímido, que poco a poco se transformó en un arroyo cantarín. Cada curva del camino estaba llena de luces danzantes, reflejadas en las paredes de roca y en las hojas de los pinos que custodiaban el río. 🌲💧

El arroyo creció, uniéndose a otros, formando un río amplio y majestuoso. La gota sintió la fuerza del agua rodeándola, pero no había prisa, solo un movimiento constante y sereno. A su alrededor, peces plateados nadaban en zigzag, y las raíces de los árboles se sumergían en las orillas como si quisieran tocarla. El aire olía a tierra húmeda y a vida. 🐟🌿

Más adelante, el río la llevó hasta una cascada. La gota sintió el vértigo al precipitarse al vacío, pero también la libertad de flotar en el aire, suspendida por un instante que pareció eterno. El agua rugía al chocar con las rocas, pero al caer en el remanso, todo se calmaba de nuevo. La gota se hundió por un momento, abrazada por el frescor del fondo, antes de emerger y seguir su camino hacia el mar. 🌊✨

Cuando llegó al océano, el horizonte se abrió inmenso, infinito. La gota fue mecida por las olas, que la transportaban como una cuna. A veces, el agua era tan transparente que podía ver el suave balanceo de las algas y los destellos de los peces más curiosos. Otras veces, el azul profundo la envolvía por completo, como si el mundo entero fuera un susurro. 🐠🌅

Con el calor de un día soleado, la gota sintió que algo en su interior cambiaba. Poco a poco, comenzó a elevarse, ligera como una pluma. Era el viento quien ahora la llevaba, fundiéndola con el cielo. Allí, entre las nubes, todo era un juego suave. Se unió a otras gotas, formando remolinos y caricias entre algodones esponjosos. El aire era fresco, con un toque dulce que solo el cielo podía ofrecer. ☁️☀️

Las nubes viajaron juntas, cruzando paisajes de verdes valles y doradas llanuras. Hasta que, una noche, el aire se volvió frío otra vez. La gota sintió cómo se transformaba, cristalizándose en un copo de nieve. Ahora era ligera y delicada, y su caída desde las alturas era tan pausada que parecía un baile. A su alrededor, millones de copos caían en silencio, llenando el mundo de una calma blanca. ❄️🌨️

Finalmente, la gota, convertida en un copo brillante, aterrizó suavemente en una montaña cubierta de nieve. Allí, en la quietud del invierno, volvió a unirse a sus compañeras, esperando pacientemente a que el sol la despertara de nuevo. Porque sabía que su viaje nunca terminaría, y cada etapa era un susurro de calma, un momento perfecto en el eterno ciclo de la vida. ⛅❄️