📖 Un cuento para edades de 4 a 8 años.
⏳ Tiempo de lectura: 4 minutos.
📝 Un cuento de astucia y valentía donde las cabritillas enfrentan al temido lobo.
Mamá Cabra vivía con sus siete cabritillas en una acogedora casita junto al bosque. Una mañana, Mamá Cabra les dijo:
“Voy a buscar comida al bosque. No abráis la puerta a nadie mientras no esté. ¡Tened mucho cuidado con el lobo!”
Las cabritillas prometieron quedarse dentro 🏡 y no abrir bajo ninguna circunstancia. Mamá Cabra se despidió con un abrazo y partió por el camino hacia el bosque.
El Lobo, que estaba escondido entre los árboles 🌳, vio cómo Mamá Cabra se alejaba y sonrió maliciosamente. “Es mi oportunidad”, pensó. Se acercó a la casa y llamó a la puerta.
“¡Toc, toc, toc! Abrid, pequeñas, soy vuestra madre. He vuelto.”
Las cabritillas, alertas 🐐, no tardaron en notar algo extraño. La mayor respondió con decisión:
“¡Tú no eres nuestra madre! ¡Tienes la voz ronca! ¡Vete de aquí, lobo malo!”
El Lobo se fue frustrado, pero enseguida ideó un plan. Fue al corral de un granjero cercano y se comió varios huevos crudos. Con la garganta suavizada 🍳, probó su voz, que sonaba mucho más dulce, y volvió a la puerta.
“¡Toc, toc, toc! Soy yo, pequeñas, vuestra madre. Abridme.”
Las cabritillas escucharon la voz, que esta vez parecía dulce como la de su madre. Pero antes de abrir, una de ellas tuvo una idea.
“Si eres nuestra madre, enséñanos la patita por debajo de la puerta.”
El Lobo, confiado 🐾, levantó su pata negra y la mostró. Al verla, las cabritillas dieron un salto hacia atrás.
“¡No eres nuestra madre! ¡Las patas de mamá son blancas! ¡Vete, impostor!”
El Lobo rugió de rabia, pero no estaba dispuesto a rendirse. Corrió al molino y pidió un poco de harina.
“Es para un pastelito…”, mintió.
Cuando tuvo suficiente harina, se frotó las patas negras hasta que quedaron blancas. Sonrió satisfecho y volvió a la casa.
“¡Toc, toc, toc! Mis pequeñas, soy vuestra madre. Mirad mi pata blanca y escuchad mi dulce voz. ¡Abridme!”
Las cabritillas miraron por debajo de la puerta y vieron la pata blanca. Esta vez, confiadas, pensaron que realmente era su madre. Sin dudarlo, quitaron los cerrojos y abrieron la puerta.
¡Pero era el Lobo! De un salto, entró en la casa y empezó a perseguirlas. Las cabritillas corrieron a esconderse como pudieron: una bajo la cama 🛏️, otra en el armario 🚪, otra detrás de las cortinas… y la más pequeña se metió dentro del reloj de pared ⏰.
El Lobo las buscó por toda la casa y se las fue comiendo una a una. Solo la más pequeña logró salvarse, temblando en su escondite.
Cuando Mamá Cabra regresó y vio la puerta abierta y la casa vacía, supo que algo terrible había pasado. Buscó por toda la casa y, finalmente, encontró a la más pequeña, que salió llorando de su escondite.
“¡Mamá! ¡El lobo se llevó a mis hermanas!”, sollozó.
Mamá Cabra, llena de coraje, cogió unas tijeras, hilo y aguja ✂️ y salió al bosque. Encontró al Lobo dormido bajo un árbol, con la barriga enorme. Sin hacer ruido, le cortó la barriga y, para su alivio, sacó a todas sus hijitas, que estaban asustadas pero vivas. Mamá Cabra las abrazó, y juntas llenaron la barriga del Lobo con piedras antes de coserla de nuevo.
Cuando el Lobo despertó, tenía mucha sed. Fue al río a beber agua, pero el peso de las piedras lo hizo caer, y se hundió para siempre 🌊.
Mamá Cabra y sus cabritillas regresaron a casa, más unidas que nunca. Desde entonces, siempre estuvieron alerta y nunca más dejaron que nadie las engañara 🏠❤️.
Las siete cabritillas y el lobo es un cuento tradicional europeo que fue recopilado por los hermanos Grimm en el siglo XIX. Este relato combina elementos de aventura y astucia para enseñar importantes lecciones sobre la precaución y la valentía. El lobo, como figura recurrente en los cuentos clásicos, representa el peligro, mientras que las cabritillas simbolizan la inocencia y la necesidad de aprender a protegerse.
Cuando Mamá Cabra deja a sus siete cabritillas solas en casa, el Lobo intenta engañarlas para entrar. A pesar de su ingenio inicial, el Lobo logra entrar y comerse a las cabritillas, excepto a la más pequeña, que logra esconderse. Con la ayuda de Mamá Cabra, las cabritillas son rescatadas y juntas logran deshacerse del Lobo para siempre.
Este cuento enseña la importancia de ser cuidadosos con extraños y estar atentos a las señales de peligro. También destaca el poder del ingenio y la valentía, inspirando a los niños a confiar en sus seres queridos y en su capacidad para superar retos.
Los niños pueden identificarse con las cabritillas, que deben aprender a cuidar de sí mismas mientras enfrentan un peligro inesperado. La historia también conecta con su experiencia cotidiana al reforzar la importancia de seguir las instrucciones de los adultos de confianza.
Las siete cabritillas y el lobo es una excelente herramienta para hablar con los niños sobre la seguridad personal, cómo reconocer señales de advertencia y la importancia de confiar en los consejos de los padres. También permite reflexionar sobre cómo la unión familiar puede superar cualquier desafío.
“Siempre hay que estar alerta y no confiar en las apariencias.”