🪖❤️ El soldadito de plomo

🪖❤️ El soldadito de plomo

📖 Un cuento para edades de 5 a 10 años.

Tiempo de lectura: 8 minutos.

📝 Un valiente soldadito de plomo vive grandes aventuras, enfrentando desafíos con coraje y amor.

Había una vez veinticinco soldaditos de plomo, todos hermanos, pues habían nacido de una vieja cuchara de plomo. Fusil al hombro, la mirada al frente y un uniforme rojo y azul, eran soldados valientes. La primera palabra que escucharon en este mundo, cuando se levantó la tapa de la caja donde estaban guardados, fue: «¡Soldaditos de plomo!» Era la exclamación de un niño pequeño, que, lleno de alegría, los recibía como regalo de cumpleaños. Los alineó sobre la mesa. 🎉

Todos los soldaditos eran exactamente iguales, salvo uno, que tenía una sola pierna. Había sido moldeado el último, y no quedaba bastante plomo para acabarlo. Pero allí estaba, firme sobre su única pierna, tan erguido como los demás con sus dos piernas. Y fue precisamente él quien habría de correr más aventuras. 🦿

En la mesa donde estaban alineados los soldaditos había otros muchos juguetes. Lo más hermoso de todo era un castillo de papel. Por una de sus ventanitas se veía a una linda bailarina, que también estaba recortada en papel, pero llevaba una falda de tul finísimo y una cinta azul sobre los hombros, sujeta por una brillante lentejuela en el centro. La bailarina tenía los brazos extendidos y levantaba una pierna tan alto que el soldadito creyó que, como él, también tenía una sola pierna. 🌟

«Ella es como yo», pensó el soldadito de plomo. «Pero es tan distinguida, vive en un castillo y yo no tengo más que una caja, y compartida con otros veinticuatro. Eso no es sitio para ella. Pero debo conocerla».

Entonces, aprovechando un descuido, se escondió detrás de una caja de madera. Cuando anocheció, se recogieron todos los soldaditos en su caja y las gentes de la casa se fueron a la cama. En aquel momento, los juguetes empezaron a divertirse, jugando a las visitas, a la guerra y a dar bailes. Los soldaditos golpeaban en la caja porque querían unirse, pero no podían levantar la tapa. El cascanueces dio volteretas, y la tiza bromeaba en la pizarra. Se armó un ruido tan tremendo que despertaron al canario, quien también empezó a hablar, y lo hizo en verso. Solo el soldadito y la bailarina se quedaron quietos. Ella permaneció de puntillas, con los brazos extendidos, mientras él se mantenía firme sobre su única pierna, sin apartar los ojos de ella. 🎭

El reloj dio las doce y, ¡zas!, la tapa de la caja se abrió de golpe, apareciendo como un resorte un pequeño duende negro. 😱

«¡Soldadito de plomo!» —exclamó el duende—. «¡Deja de mirar donde no debes! ¡Esa bailarina está muy lejos de tus posibilidades!»

Pero el soldadito hizo como que no le oía. 🌟

A la mañana siguiente, cuando los niños se levantaron, antes de ir al colegio, colocaron al soldadito de plomo sobre el alféizar de la ventana. Cuando su ama abrió la ventana, sin darse cuenta golpeó al soldadito, que cayó de cabeza desde un tercer piso. Fue una caída terrible. ¡Qué vueltas dio en el aire, hasta acabar con la pierna alzada y el fusil clavado entre los adoquines! 😧

La criada bajó corriendo a buscarlo, pero, aunque estuvo a punto de pisarlo, no logró encontrarlo. De haber gritado «¡aquí estoy!», seguro lo habría hallado, pero al soldadito no le parecía propio ir gritando a voces porque llevaba uniforme. 🎖️

Entonces empezó a llover. Cada vez llovía más, hasta que se desencadenó un verdadero aguacero. Cuando hubo pasado, dos niños que pasaban por allí vieron al soldadito de plomo. 🌧️

«¡Mira!» —exclamó uno de ellos—. «¡Un soldado de plomo! Vamos a hacerlo navegar». 🚤

Hicieron un barquito con un periódico viejo, colocaron al soldadito en él y lo echaron al arroyo. Los dos niños corrían a su lado, aplaudiendo. 👏

El agua del arroyo bajaba con fuerza y arrastró el frágil barco, que daba vueltas y vueltas, hasta que por fin entró en un canalillo más estrecho. La corriente era mucho más rápida aquí, y el soldadito permanecía firme, sin mover un músculo. Miraba al frente, con el fusil al hombro. 🛶

De pronto, el barco entró en un oscuro túnel. «¿Dónde iré a parar?» —pensó el soldadito. «¿Cómo puedo hacer para volver con mis hermanos y la hermosa bailarina

Entonces apareció una gran rata de agua que vivía en el túnel. 🐀

«¡Detente!» —le gritó—. «¡Muestra tu pasaporte!»

Pero el soldadito calló, aferrando su fusil con más fuerza. El barco se deslizaba cada vez más rápido, y la rata le seguía, rechinando los dientes y gritando: «¡Detente! ¡Detente! ¡No has pagado el peaje!» Pero el arroyo crecía, y la corriente se llevaba al barco, dejando atrás a la rata, que no lo pudo seguir más allá. 🌊

El soldadito vio la luz del día al salir del túnel, pero antes de darse cuenta, el barco se precipitó por un salto de agua. El pobre soldadito se mantuvo firme, sin pestañear. El barco dio tres o cuatro vueltas y empezó a llenarse de agua. Finalmente se hundió, y el soldadito cayó al agua también. Al instante, un gran pez lo engulló, confundiéndolo con un pececillo. 🐟

¡Qué oscuro estaba allí dentro! Pero el soldadito seguía firme, tumbado con el fusil al hombro. El pez se movía y daba vueltas, hasta que, de repente, quedó completamente quieto. Algo lo golpeó como un rayo de luz, y alguien exclamó: «¡Un soldadito de plomo!»

El pez había sido pescado, llevado al mercado y vendido, y ¡qué gran suerte!, fue a parar precisamente a la cocina de la casa donde vivía el niño. La cocinera lo abrió con un gran cuchillo, y al soldadito lo colocaron sobre la mesa. 🔪

El niño lo reconoció enseguida: «¡Es mi soldadito!»

Lo recogió y lo llevó a su cuarto, donde lo colocó otra vez sobre la mesa. Allí seguía la bailarina, de pie, en la misma posición. También ella lo miró, y el soldadito hubiera querido llorar lágrimas de plomo, pero eso no era propio de un soldado. ❤️

Entonces, sin previo aviso, la tapa de la caja de madera se abrió, saliendo el duende, que empujó al soldadito a la chimenea encendida de la habitación. 🔥

El soldadito quedó envuelto en llamas. Sentía un calor terrible, pero no se sabía si era por el fuego o por su amor. Miraba a la bailarina, y ella le devolvía la mirada. En ese momento, la bailarina aprovechó una ráfaga de viento y voló hasta caer también en el fuego junto al soldadito, consumiéndose en un instante. 🥀

El soldadito se fundió y, al día siguiente, cuando la criada barrió las cenizas, encontró un pequeño corazón de plomo adornado con una lentejuela brillante en el centro. 💔✨

Ficha técnica del cuento

Breve historia del cuento

El soldadito de plomo, escrito por Hans Christian Andersen y publicado por primera vez en 1838, es una de las historias más emotivas del autor danés. Este cuento combina elementos de aventura, romanticismo y tragedia para transmitir importantes lecciones sobre la valentía, la perseverancia y el amor incondicional. La narrativa refleja temas de sacrificio y la lucha por superar las adversidades.

Resumen

Un soldadito de plomo con una sola pierna vive una serie de aventuras que lo separan de su amada bailarina de papel. Desde ser lanzado por una ventana hasta navegar en un barco de papel y ser tragado por un pez, el soldadito nunca pierde su valor ni su determinación. Al final, su amor por la bailarina y su sentido del deber se inmortalizan en un pequeño corazón de plomo.

Valores trabajados

  • Valentía y resiliencia
  • Amor incondicional y sacrificio
  • Perseverancia ante las adversidades
  • Fidelidad a uno mismo y a los demás

Motivos por los que es interesante para los niños

Este cuento introduce a los niños a temas profundos como la lealtad, el coraje y el sacrificio a través de una historia llena de imaginación y aventuras. Ayuda a desarrollar empatía y a reflexionar sobre cómo enfrentarse a los desafíos de la vida con valentía.

Relación con el mundo infantil

Los niños pueden identificarse con el soldadito como símbolo de fuerza y constancia, especialmente en situaciones que requieren esfuerzo y paciencia. Además, la mezcla de personajes fantásticos y objetos cotidianos convierte la historia en un relato fascinante para la imaginación infantil.

Reflexión para los padres

El soldadito de plomo enseña que, aunque las circunstancias sean difíciles, el coraje y la perseverancia pueden transformar nuestras experiencias. También permite reflexionar con los niños sobre el significado del amor verdadero y la importancia de mantener la integridad personal en todo momento.

Ejercicios prácticos para seguir trabajando los valores en casa

  • Juego simbólico: Recrear las aventuras del soldadito con juguetes, enfocándose en cómo enfrentó cada obstáculo con valentía.
  • Diálogo reflexivo: Preguntar: “¿Qué crees que sentía el soldadito cuando estaba lejos de la bailarina?” o “¿Qué harías tú si fueras tan valiente como él?”.
  • Manualidad: Crear un soldadito de papel o un barco con materiales reciclados para representar las escenas del cuento.
  • Actividad práctica: Hablar con los niños sobre momentos en los que tuvieron que ser valientes o perseverar en algo que les costaba, reforzando su autoestima.

Frase destacada o moraleja del cuento

“El verdadero valor no está en la fuerza, sino en la fidelidad al corazón y el coraje frente a las adversidades.”

Análisis para profundizar

  • Lenguaje y narrativa: Andersen utiliza un lenguaje rico en emociones, que combina descripciones detalladas con un tono poético, ideal para niños mayores que buscan historias más elaboradas.
  • Personajes: El soldadito encarna la perseverancia y el sacrificio, mientras que la bailarina simboliza el ideal del amor puro. El duende y los obstáculos representan los retos inevitables de la vida.
  • Desarrollo emocional: La historia permite a los niños explorar emociones como el coraje, la tristeza y el amor, ayudándoles a comprender la importancia de superar las adversidades.
  • Resolución de conflictos: Muestra cómo, a pesar de los obstáculos, el soldadito permanece fiel a sus valores, convirtiéndose en un ejemplo de resiliencia y amor desinteresado.
  • Originalidad del enfoque: El uso de objetos inanimados como protagonistas y la combinación de aventura, romance y tragedia hacen de este cuento una obra única y memorable.