📖 Un cuento para edades de 4 a 8 años.
⏳ Tiempo de lectura: 4 minutos.
📝 ¡Una nueva aventura de Glupi y sus amigos! Esta vez, el primer día de colegio los espera.
El gran día había llegado: ¡Glupi, Tina y Lolo iban a empezar el colegio! Todos estaban muy emocionados, pero había un pequeño detalle que los tenía un poco tristes... Lolo, el pulpo, no iba al mismo colegio que sus amigos. Él había sido asignado a otro, más cerca de la cueva donde vivía.
“Seguro que lo pasaremos genial”, decía Glupi inflado de emoción. “¡Vamos a conocer nuevos amigos, Tina!”
“Sí, pero… me preocupa Lolo”, dijo Tina con una mueca de tristeza. “Él va a otro colegio. ¿Y si no lo pasa bien?”
“¡Lolo es valiente!”, dijo Glupi, intentando animarla. “Seguramente hará muchos amigos.”
Llegó el primer día y, tal como pensaban, Glupi y Tina lo pasaron fenomenal. Jugaron con otros peces, aprendieron sobre algas mágicas y hasta conocieron un cangrejo súper simpático llamado Crispin. Pero al final del día, cuando se encontraron con Lolo, lo vieron muy diferente. Estaba callado, sus tentáculos apenas se movían y sus ojos estaban un poco rojos.
“¿Qué te pasa, Lolo?”, preguntó Tina con preocupación.
Lolo suspiró. “No me gustó mi colegio. Me siento solo. Todos tienen sus amigos y yo no conozco a nadie. Me quedé llorando en clase...”
Glupi y Tina se miraron con el corazón encogido. Ellos lo habían pasado tan bien, y ahora Lolo estaba triste. “No te preocupes, Lolo. Seguro que mañana será mejor”, dijo Glupi, intentando sonreír.
Pero los días pasaron y Lolo seguía triste. Glupi y Tina le contaban historias sobre su colegio, pero eso solo hacía que Lolo se sintiera peor. “No es justo”, murmuraba Lolo. “Vosotros estáis juntos, y yo… yo estoy solo.”
Sin embargo, un día, algo cambió. Cuando Glupi y Tina llegaron a su encuentro habitual al final de las clases, vieron a Lolo nadando alegremente. Y no estaba solo, ¡tenía un nuevo amigo! Era una estrella de mar llamada Estelito. Tenía una sonrisa enorme y sus cinco brazos brillaban con los colores del coral.
“¡Hola, chicos!” gritó Lolo, con sus tentáculos moviéndose rápido de la emoción. “Quiero que conozcáis a mi nuevo amigo, Estelito. ¡Nos lo hemos pasado genial hoy!”
Glupi y Tina sonrieron al ver lo feliz que estaba su amigo. “¡Encantado de conocerte, Estelito!”, dijo Tina. “¡Me alegra mucho que Lolo tenga un amigo tan divertido como tú!”
Lolo les explicó todo lo que había pasado en su nuevo colegio: cómo al principio le costó, pero poco a poco fue hablando con los otros alumnos, y un día conoció a Estelito, que también estaba buscando amigos. “¡Nos entendemos genial! ¡Hacemos carreras por las algas y jugamos a escondernos bajo las rocas!”
Glupi infló su barriga de alegría. “¿Ves, Lolo? Sabíamos que lo conseguirías. A veces, solo hay que tener un poquito de paciencia.”
Tina asintió. “Lo importante es que no te diste por vencido. Y ahora tienes a un nuevo amigo. Y no importa si estamos en colegios diferentes, ¡siempre seremos amigos!”
Lolo sonrió, aliviado. “Gracias, chicos. ¡Tenéis razón! Ahora sé que no importa dónde estemos, siempre puedo hacer nuevos amigos. ¡Y os tengo a vosotros también!”
Y así, Lolo, Glupi, Tina y Estelito siguieron siendo grandes amigos, demostrando que, aunque las cosas cambien, la amistad siempre encuentra su camino.
Fin. 🎉
Glupi, Tina y Lolo afrontan su primer día de colegio, pero Lolo, al estar en una escuela diferente, se siente solo y triste. Poco a poco, con paciencia y valentía, Lolo supera su miedo y encuentra un nuevo amigo, demostrando que la amistad siempre puede florecer.
Los niños pueden identificarse con la experiencia de empezar el colegio, sentirse solos o tener que adaptarse a un nuevo entorno. Además, refleja la importancia del apoyo de los amigos y la familia en momentos difíciles.
Representar la historia con muñecos o dibujos, inventando cómo Lolo conoció a Estelito.
Preguntar: "¿Cómo crees que se sentía Lolo? ¿Qué le ayudó a sentirse mejor?"
Crear un collage de "nuevos amigos", dibujando o recortando imágenes que representen la amistad.
Hablar con los niños sobre sus propios miedos al empezar algo nuevo y proponer maneras de afrontarlos.
Este cuento es una herramienta para enseñar a los niños que, aunque los cambios pueden ser difíciles al principio, con paciencia, empatía y valentía, pueden adaptarse y encontrar nuevas amistades. Es una invitación a apoyar a los niños en estas transiciones, recordándoles que no están solos.
"Con un poquito de paciencia y valentía, la amistad siempre encuentra su camino."