
🪥🐯 Mónica aprende a cuidar su gran sonrisa
Tiempo de lectura: 3 minutos.
📖 Un cuento para edades de 4 a 8 años.
⏳ Tiempo de lectura: 5 minutos.
📝 Un conejo descubre el poder de las palabras y cómo usarlas para hacer sentir bien a los demás.
🗂️ Clasificado en: Cuentos para aprender emociones - Cuentos de animales - Cuentos de amistad
Guille 🐰 era un pequeño conejo de orejas largas y cola esponjosa que vivía en un bosque lleno de árboles frondosos. Siempre estaba de buen humor, saltando de un lado a otro y riéndose con sus amigos. Pero había algo en él que a veces traía problemas: decía cosas sin pensar.
Si su amigo Bruno 🦡, el tejón, tropezaba con una raíz, Guille 🐰 se reía: "¡Eres más torpe que una babosa!"
Si Emma 🐦, la pájara carpintera, intentaba contar un chiste y se trababa, Guille 🐰 bromeaba: "¡Tu humor es peor que el de un tronco!"
Para él, solo eran palabras, pero no se detenía a ver cómo se sentían los demás.
Una tarde, su abuela 🐇 lo llamó a su madriguera. Era una coneja sabia, con pelaje gris y una mirada que siempre lo hacía reflexionar.
"Guille 🐰, pequeño mío, ¿sabes lo que es la empatía?"
"¿Empa… qué?"
La abuela 🐇 sonrió: "Es ponerse en el lugar de los demás. Sentir lo que ellos sienten."
"Yo solo digo lo que veo. No es mi culpa que Bruno 🦡 sea torpe o que Emma 🐦 se equivoque."
La abuela 🐇 abrió un viejo baúl y sacó unos pequeños zapatos marrones con cordones dorados.
"Estos son zapatos mágicos. Cuando los lleves puestos, sentirás lo que sienten los demás cuando les hablas."
Guille los miró con curiosidad. Nunca había tenido zapatos antes. Se los puso y salió a jugar sin pensar demasiado en ello.
Al poco rato, se encontró con Bruno 🦡, que intentaba desenterrar unas raíces para comer. Falló varias veces, hasta que Guille 🐰 soltó una carcajada: "¡Bruno 🦡, pareces un topo ciego buscando comida!"
En ese instante, los zapatos hicieron su magia. Un nudo le apretó el estómago, como si todo el bosque lo estuviera mirando y esperando que fallara. Sintió la frustración de Bruno 🦡, su deseo de hacerlo bien y su tristeza al ser ridiculizado.
El tejón bajó la mirada. "Yo solo… estaba intentando mejorar."
"Perdona, Bruno 🦡. Si quieres, te ayudo a cavar."
Más tarde, Guille 🐰 vio a Emma 🐦 contando un chiste a un grupo de amigos. Se trabó con una palabra y él no pudo evitar soltar una risa burlona: "¡Emma 🐦, hablas peor que un loro dormido!"
Pero en cuanto terminó la frase, los zapatos volvieron a activarse. Su corazón empezó a latir rápido y un calor incómodo le subió a las mejillas. Se sintió torpe, observado y con miedo de equivocarse otra vez.
Emma 🐦 agachó la cabeza. "A veces me pongo nerviosa…"
Guille 🐰 respiró hondo. Era la misma sensación que acababa de vivir. "Tu historia es divertida, Emma 🐦. ¿Cómo sigue?"
La pájara lo miró con sorpresa y, animada, terminó su cuento con una sonrisa.
A lo largo del día, los zapatos le siguieron enseñando. Cuando Sofía 🐿️, la ardilla, perdió su nuez favorita y él se rió, sintió su angustia como si fuera suya. Cuando ignoró a Nico 🦔 el erizo al mostrarle un dibujo, sintió su decepción.
Cada pequeña burla o indiferencia se volvía un peso en su pecho.
Esa noche, Guille 🐰 se sentó en su madriguera y miró los zapatos. Ahora entendía su propósito. Al día siguiente, decidió hacer algo diferente.
Cuando vio a Bruno 🦡 intentando desenterrar una lombriz, en lugar de burlarse, lo animó: "¡Seguro que esta vez lo consigues!"
Bruno 🦡 sonrió y, al final, atrapó una.
Cuando Emma 🐦 contó un chiste, Guille 🐰 esperó hasta el final y se rió con ella, en lugar de reírse de ella.
Cuando Sofía 🐿️ perdió otra nuez, Guille 🐰 la ayudó a buscarla.
Poco a poco, sus palabras dejaron de hacer daño y empezaron a hacer sentir bien a los demás.
Esa tarde, volvió a la madriguera de su abuela 🐇.
"Abuela 🐇, ya no necesito los zapatos. Ahora sé lo que es la empatía."
La coneja sonrió y guardó los zapatos en su baúl. Luego abrazó a su nieto con ternura.
"Estoy orgullosa de ti, Guille. Las palabras tienen poder, y tú has aprendido a usarlas bien."
Desde entonces, Guille 🐰 siguió siendo el mismo conejo juguetón de siempre, pero ahora sus bromas eran amables, sus palabras ayudaban y su corazón entendía a los demás. Y así, el bosque se volvió un lugar más cálido y feliz para todos. 🌳🌞
Guille es un conejo alegre y juguetón que no mide sus palabras cuando habla con los demás. Sin darse cuenta, sus comentarios pueden hacer sentir mal a sus amigos, aunque para él solo sean bromas.
Su abuela, una coneja sabia, le entrega unos zapatos mágicos que le permiten sentir en su propio cuerpo el impacto de sus palabras. Así, cada vez que se burla o ignora a alguien, siente su tristeza, frustración o vergüenza. A través de esta experiencia, Guille aprende el poder de la empatía y cómo sus palabras pueden hacer sentir mejor a los demás en lugar de herirlos.
Una historia entrañable que muestra cómo comprender las emociones de los demás nos ayuda a construir relaciones más amables y felices.
Juego de las emociones 🎭
Preguntar a los niños: ¿Alguna vez alguien ha dicho algo que te hizo sentir mal? Luego, preguntar: ¿Recuerdas algo que alguien te haya dicho que te hizo sentir bien? Reflexionar sobre cómo las palabras afectan nuestras emociones. 2️⃣ Crear "Los zapatos de la empatía" 👟
Decorar unos zapatos de papel o cartón. Escribir en ellos frases positivas que se puedan decir a los demás. 3️⃣ Dramatización de la historia 🎭
Hacer pequeños grupos y representar diferentes escenas en las que los niños practiquen formas amables de comunicarse. 4️⃣ El frasco de las palabras bonitas 💬
Durante una semana, escribir palabras o frases positivas para los compañeros o la familia y leerlas juntos al final. 🌟 Frase destacada del cuento "Las palabras tienen poder, y tú has aprendido a usarlas bien." 💖
Un cuento tierno y educativo que ayuda a los niños a comprender la importancia de la empatía y la amabilidad en sus relaciones. Perfecto para trabajar emociones en casa o en la escuela. 🐰✨